Algunos viajes se recuerdan por los paisajes; otros, por las personas. Pero hay un tipo de viaje que deja huella en todos los sentidos: aquel que se saborea. Europa, con su riqueza cultural y su diversidad culinaria, es el escenario perfecto para los viajeros argentinos que buscan más que un simple recorrido. Aquí, cada plato cuenta una historia, y cada copa de vino es una invitación a detener el tiempo.
Un brindis en Toscana
Imaginá el sol cayendo sobre las colinas onduladas de la Toscana. El aire huele a cipreses y uvas maduras. En una bodega familiar, una mesa está preparada bajo una pérgola: pan recién horneado, aceite de oliva local, quesos curados y una copa de Brunello di Montalcino que espera por vos. Todo sucede con una naturalidad que conmueve. No hace falta hablar mucho: el entorno, el sabor, lo dicen todo.
Toscana no solo es cuna del Renacimiento, sino también del buen vivir. Caminar por Siena o Florencia, detenerse en una trattoria escondida o aprender los secretos de la pasta en una clase privada… Son momentos simples, pero profundamente memorables.
Sabores del País Vasco
En San Sebastián, la comida es una forma de arte. Los pintxos –esas pequeñas obras maestras que se sirven en la barra de los bares– despiertan el apetito y la curiosidad. Pero si se trata de experiencias únicas, hay algo que va más allá: una cena con maridaje en un restaurante con estrellas Michelin, guiada por la mano de un chef vasco que honra la tradición mientras juega con lo inesperado.
Cerca de allí, en La Rioja Alavesa, las bodegas conviven con pueblos de piedra, y las degustaciones se vuelven conversaciones entre copa y copa, entre historia y futuro.
Francia: vino, quesos y elegancia
Burdeos y Borgoña son sinónimos de vino, pero también de una forma de entender la vida: pausada, sofisticada, auténtica. Desde alojarse en un château rodeado de viñedos hasta recorrer mercados como Les Halles en Dijon, la experiencia francesa se disfruta con los cinco sentidos. Hay una cadencia suave en la forma en que transcurren los días. Una baguette crocante en la mañana, un paseo por el viñedo al atardecer, una cena maridada a la luz de las velas. El lujo, aquí, está en los detalles.
Portugal y el alma del Atlántico
Lisboa y Oporto ofrecen otra mirada: sabores más intensos, menos pulidos, pero igual de conmovedores. El bacalao en todas sus formas, los vinos de Oporto servidos en antiguas tabernas, los dulces conventuales que sobreviven desde siglos atrás. En el Valle del Duero, navegar entre viñedos y montañas es una experiencia que une lo escénico con lo sensorial.
Portugal abraza al viajero con calidez. No busca impresionar: simplemente invita a quedarse un poco más.
Más que una comida, un modo de viajar
En Beyond BA diseñamos viajes que se adaptan a tus intereses y a tu ritmo. Si lo tuyo es descubrir el mundo a través de la comida, podemos crear juntos una ruta gourmet a tu medida. Ya sea en una clase de cocina en la campiña italiana, en un almuerzo frente a los viñedos franceses o en una noche de tapas en el casco antiguo de Sevilla, el objetivo es siempre el mismo: que te lleves más que recuerdos.
Viajes a medida
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