
En Escocia, el pasado no es una página cerrada: se respira en el viento que cruza los páramos, en las piedras que forman círculos ancestrales, en las gaitas que resuenan al atardecer. La llamada Ruta Celta no es un itinerario fijo, sino una invitación a recorrer tierras donde historia y mito se entrelazan, y donde el viaje se convierte en experiencia espiritual, sensorial y profundamente personal.
Entre círculos de piedra y montañas cubiertas de niebla
El viaje puede comenzar en Edimburgo, elegante y misteriosa, con sus callejones antiguos y su castillo que domina la ciudad desde lo alto. Desde allí, la ruta avanza hacia los Highlands, ese corazón salvaje de Escocia donde los paisajes parecen intactos desde hace siglos.
En lugares como Callanish, en la isla de Lewis, los antiguos círculos de piedra guardan secretos que ni la arqueología moderna ha logrado descifrar. Se cree que eran centros ceremoniales, puntos de observación astronómica, o puertas simbólicas entre mundos. Caminar entre ellos al amanecer o al atardecer es una experiencia difícil de describir con palabras.
Tierras sagradas y herencia celta viva
Más allá del misterio megalítico, la herencia celta se mantiene viva en el lenguaje (el gaélico escocés), la música, la mitología y las tradiciones. En Oban, Argyll o Mull, aún resuenan historias de druidas, clanes y batallas legendarias. En cada pub o iglesia antigua, parece haber una historia esperando ser contada.
Uno de los puntos clave del recorrido es la isla de Iona, pequeña y silenciosa, pero considerada el corazón espiritual de Escocia. Fue aquí donde San Columba fundó un monasterio en el siglo VI, marcando el inicio del cristianismo celta en estas tierras. Hoy, su atmósfera serena y su paisaje simple continúan atrayendo a viajeros en busca de introspección y belleza sin artificios.
Gastronomía local y alojamientos con historia
La Ruta Celta se disfruta también con los sentidos. Quesos artesanales, salmón ahumado, whisky de malta y pan horneado en casas de campo acompañan el viaje. Descubrí los alojamientos que forman parte del paisaje: casas señoriales, castillos convertidos en hoteles y B&Bs familiares, donde la hospitalidad escocesa se siente en cada detalle.
Además, se pueden incluir experiencias únicas: clases privadas de gaita, recorridos guiados locales o cenas bajo las estrellas.
Un viaje hacia lo esencial
La Ruta Celta en Escocia no es un circuito turístico tradicional. Es un recorrido interior y exterior, que conecta con lo ancestral, con la tierra y con uno mismo. Ideal para quienes quieren viajar con el cuerpo, pero también con el alma. Nos encantaría saber más acerca de tu idea de viaje, con el fin de poder ayudarte a planificar una experiencia inolvidable. Mientras tanto, te invitamos a explorar nuestros Viajes a Europa, y también los otros destinos que podés encontrar en nuestra web. Contactanos!
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